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Aunque es algo que empezó en Estados Unidos, lo cierto es que el Black Friday se ha extendido a muchos países del mundo, incluido América Latina. El viernes después del día de Acción de Gracias se le conoce popularmente como Black Friday o Viernes Negro en español y es el momento en el que muchas empresas aprovechan para liquidar parte de su mercancía con atractivas ofertas.

Algunos productos, especialmente de electrónica, podrían estar disponible incluso a mitad de precio durante este día o el CyberMonday (“Lunes cibernético” en español), que es el día en el que tradicionalmente se ofertaban productos a muy buen precio en internet, aunque ahora ya se ha extendido de ambas maneras.

Fraudes cada vez más creativos

Sin embargo, algunos expertos advierten que hay que estar muy pendientes a la hora de realizar compras por internet, sobre todo porque, aseguran, no es oro todo lo que reluce y en realidad se podría tratar de un fraude.

“Se ponen muy creativos y son muy hábiles. Encuentran nuevas formas de poder realizar sus engaños ya sea por email o por sitios web que parecen ser sitios oficiales y no lo son”, dice Wilton Vargas, experto en tecnología, durante una entrevista con la Voz de América.

Productos de lujo que nunca llegan

Además de los mensajes que anuncian dinero fácil a través de internet, uno de los fraudes más comunes ocurre en las redes sociales. En ellas se ofrecen productos, aparentemente de lujo, pero a precios de ganga. Después, resulta no ser cierto.

“Resulta ser una falsificación o incluso no te llega absolutamente nada y se pierden con tu dinero”, argumenta Alex Neuman, especialista en temas relacionados con la tecnología y presentador de @VidaDigital, un espacio en internet que tiene el objetivo de educar a la población sobre esta cuestión.

La técnica del phising

Otra de las técnicas muy extendidas estos días con tantas compras por internet es el phising, un concepto que se popularizó hace ya varios años y que consiste en engañar a una víctima ganándose su confianza haciéndose pasar por una persona, empresa o servicio de confianza. Así logra manipular al usuario y realizar acciones que, de otro modo, sería casi imposible de hacerlo.

En muchos casos, las víctimas reciben un correo electrónico a una página web de un banco. El usuario hace clic pensando que todo es normal y en ese momento le piden añadir los datos personales. En realidad es un e-mail falso, pero cuando uno se da cuenta puede ser demasiado tarde ya que los piratas cibernéticos ya tienen la contraseña y son capaces, incluso, de robar todos los ahorros de una cuenta.

“Muchas veces reciben un mensaje que dice: ‘Hay un cargo el cual tienes que aprobar’ y claro, muchos dicen: ¡Caramba! Yo no he hecho ninguna compra, déjame averiguar. Entonces ahí hacen clic y caes en la trampa”, advierte Wilton Vargas en ese sentido.

Con todo, lo importante siempre es no bajar la guardia y desconfiar ante cualquier sospecha. Es mejor ir directamente a la página donde quieres comprar, para asegurarte que es fiable o tener una tarjeta solo para compras por internet.

Con la pandemia, las compras por internet se convirtieron en una forma estable de comercio y no quedó en una moda. Solo en Estados Unidos, el comercio electrónico alcanzó los 1.000 millones de dólares el año pasado, una cifra récord hasta ahora.

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