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Varios trabajadores que ensamblan el nuevo iPhone de Apple Inc. han abandonado su fábrica en el norte de China para evitar las restricciones contra el COVID-19, después de que algunos compañeros de trabajo quedaron en cuarentena por un brote viral.
Supuestos trabajadores de Foxconn aparecían en videos que circulaban en las redes sociales chinas trepando las cercas y caminando por una carretera con sus pertenencias a cuestas.
Las escenas subrayaron el creciente descontento público con la estrategia china de “cero COVID”, con la que el gobierno intenta eliminar los brotes con estrictas medidas de pruebas, aislamiento y confinamiento cuando se detectan contagios.
Los brotes han puesto ciudades enteras en cuarentena. En la última oleada de infecciones, el parque Disney Resort de Shanghái anunció este lunes que cerraría con efecto inmediato y por un tiempo indefinido “para cumplir el requisito del control y prevención de pandemia”.
En un aviso en internet, el parque se disculpó por las molestias y dijo que ofrecería cambios de boletos o devoluciones a los afectados por el cierre.
La planta de Foxconn en Zhengzhou, en la provincia de Henan, tiene espacio para hasta 350.000 trabajadores y es una de las fábricas más grandes en China que monta productos para Apple Inc. incluido el nuevo iPhone 14.
No fue posible verificar todos los videos que mostraban a trabajadores supuestamente abandonando el recinto. No estaba claro si los trabajadores que se marchaban habían escapado o si se les había permitido irse.
Foxconn no respondió en un primer momento a una petición de comentarios.
Voluntarios de poblados cercanos ofrecieron comida y bebida a los trabajadores de Foxconn. Uno de esos voluntarios, que pidió ser identificado sólo por su apellido, Zhang, por motivos de privacidad, quedó al cargo de distribuir suministros preparados por su poblado en el condado de Xingyang.
Dijo que las personas que aparecían en el video que había subido a la plataforma de videos cortos Douyin eran trabajadores de Foxconn porque tenían que tomar esa carretera para salir de la fábrica.
No estaba claro cuánta gente trabajaba en este momento en la planta de Zhengzhou, cuántos se habían marchado ni cuántos se habían visto afectados por las restricciones contra el COVID-19 en el recinto.
Reportes en los medios indicaron esta semana que la fábrica había introducido un sistema de “circuito cerrado” que restringía en gran parte los movimientos de los trabajadores entre su residencia y la planta.
Los empleados de Foxconn se habían quejado de la calidad de la comida y de la falta de atención médica para los que daban positivo, entre preocupaciones por un aumento de los contagios, según medios locales. La compañía negó los rumores de que hubiera 20.000 personas en la planta infectadas de COVID-19.
Las ciudades cerca de Zhengzhou instaron a los trabajadores de Foxconn a informar a las autoridades locales si tenían previsto regresar a sus poblaciones de origen, para poder preparar medidas de aislamiento adecuadas.
La compañía prometió el domingo a los trabajadores de la fábrica que se protegerían la seguridad, los derechos legítimos y los ingresos de los que se quedaran, según indicó el gobierno de Zhengzhou en la plataforma WeChat.
Al día siguiente de que circularan los videos de trabajadores que se marchaban a pie, Foxconn y varios gobiernos locales organizaron transportes para empleados que habían optado por regresar a casa. No estaba claro hasta qué punto habían podido opinar al respecto.
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