[ad_1]

OpenAI, la empresa creadora de una de las aplicaciones de inteligencia artificial más famosas, ChatGPT, vivió recientemente días intensos y de caos tras el despido de su CEO, Sam Altman, que ocasionó incluso amenazas de renuncias masivas de sus empleados, algo que ni la tecnología misma puede controlar y que, al final, terminó con el retorno del directivo.

Todo comenzó el pasado viernes, cuando la junta directiva de OpenAI destituyó a su cofundador y presidente ejecutivo, Sam Altman, después de que una revisión encontró que “no era sistemáticamente sincero en sus comunicaciones” con la junta.

La compañía informó, en ese entonces, que la junta ya no «confiaba» en su capacidad «para seguir encabezando OpenAI”.

Mira Murati, directora de tecnología de OpenAI, asumiría el cargo de directora general interina con efecto inmediato, señaló la empresa, mientras se buscaba un reemplazo permanente.

Altman publicó el viernes en la red social X, antes Twitter: “Me encantó mi tiempo en OpenAI. Fue transformador para mí personalmente y, con suerte, un poco para el mundo. Sobre todo, me encantó trabajar con gente tan talentosa. Más adelante tendré más que decir sobre lo que sigue”.

Microsoft, que ha invertido miles de millones de dólares en OpenAI y tiene derechos sobre su tecnología actual, intervino con rapidez para contratar a Altman el lunes, así como a otro cofundador y expresidente, Greg Brockman, que había renunciado en protesta por la destitución de Altman.

Amenaza de empleados

Pero después vino algo que ni la inteligencia artificial pudo predecir y, mucho menos, controlar: una amenaza de éxodo de casi todos los 770 empleados de la compañía, que firmaron una carta para pedir la renuncia de la junta y el regreso de Altman.

«Sus acciones han dejado claro que es incapaz de supervisar OpenAI», escribieron los empleados, acusando a la junta directiva por el mal manejo del despido.

«No podemos trabajar para o con personas que carecen de competencia, juicio y cuidado de nuestra misión y de nuestros empleados», dijeron.

Los empleados también advirtieron que seguirían «inminentemente» a Altman a Microsoft a menos que la junta directiva dimitiera y reintegrara a Altman y Greg Brockman, el expresidente de OpenAI que también fue destituido por la junta directiva el viernes.

Tras tres días tormentosos para la compañía, uno de los cuatro miembros de la junta que participaron en el despido de Altman, el cofundador de OpenAI y científico jefe, Ilya Sutskever, expresó su arrepentimiento y se sumó a la campaña para pedir la renuncia de la junta.

Sutskever se disculpó, y publicó en X: «Lamento profundamente mi participación en las acciones de la junta».

“Nunca tuve la intención de dañar a OpenAI. Me encanta todo lo que hemos construido juntos y haré todo lo que pueda para mantener unida la empresa”, agregó el científico en jefe de OpenAI.

Finalmente, el destituido presidente ejecutivo de OpenAI regresó a la empresa que le había despedido a finales de la semana pasada.

“Hemos alcanzado un acuerdo preliminar con Sam Altman para que regrese a OpenAI como director general con una nueva junta inicial”, indicó OpenAI, con sede en San Francisco, en un comunicado.

En una publicación del lunes en X, el exlíder de Twitch, Emmett Shear, dijo que contratará a un investigador independiente para revisar qué fue lo que llevó a la expulsión de Altman y escribir un reporte en cuestión de 30 días.

La junta, que sustituye a la que despidió a Altman el viernes, estará dirigida por el ex codirector general Bret Taylor, que también presidió la junta de Twitter antes de que fuera adquirida por Elon Musk el año pasado. Los otros miembros serán el exsecretario del Tesoro de Estados Unidos, Larry Summers, y el director general de Quora, Adam D’Angelo.

Altman, de 38 años, ha sido visto como un niño prodigio de Silicon Valley desde que tenía poco más de 20 años. Él ayudó a iniciar OpenAI como un laboratorio de investigación sin fines de lucro en 2015.

ChatGPT es un sistema de inteligencia artificial generativa, una tecnología que permite crear texto, imágenes u otro contenido en respuesta a peticiones de los usuarios.

Altman se ha convertido en el rostro de esos modelos desde que ChatGPT se popularizó hace un año, y el caos recalcó las diferencias entre el ejecutivo y miembros de la junta directiva que expresaron graves reparos sobre los riesgos de seguridad que plantea la inteligencia artificial conforme se hace más avanzada.

[Con información de AP]



[ad_2]
Source link